Ruptura diplomática de Kigali con la CEEAC.
- vicepress org
- 10 jun
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Ruanda abandona la Comunidad Económica de los Estados de África Central tras acusar a la RDC de manipular la organización.

República de Ruanda ha oficializado su retirada de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), en una decisión que ha provocado un fuerte remezón político en la región y amenaza con socavar la estabilidad de África Central.
El anuncio ha sido realizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruandés en un comunicado emitido pasada la medianoche del sábado, en el que se denuncia la “instrumentalización” de la CEEAC por parte de la República Democrática del Congo (RDC), con el respaldo de algunos Estados miembros. Según Kigali, esta desviación institucional vulnera los derechos de Ruanda recohidos en los textos fundacionales del organismo regional.
Difundido en el marco de la 26ª cumbre ordinaria celebrada en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, el comunicado señala que “Ruanda no ve justificación alguna para permanecer en una organización cuyo funcionamiento actual contraviene sus principios fundacionales y su propósito original”.
Durante el encuentro en Malabo, los jefes de Estado y de Gobierno han debatido temas como la seguridad regional, la cooperación marítima y la gobernanza política. No obstante, Ruanda ha acusado a la CEEAC de haber ignorado de forma deliberada su derecho a asumir la presidencia rotatoria del bloque, contemplado en el artículo 6 del tratado constitutivo, en lo que se ha descrito como un intento por imponer “el dictado de la RDC”.
Esta no es la primera manifestación de descontento por parte de Kigali. Ya en 2023, Ruanda elevó una carta de protesta al presidente en ejercicio de la Unión Africana, denunciando su exclusión del 22º Consejo de Ministros de la CEEAC celebrado en Kinshasa, bajo presidencia congoleña. A juicio de Kigali, el silencio institucional y la falta de reacción ante este precedente revelan la incapacidad del organismo para hacer cumplir sus propias normas.
Por otro, la respuesta de la RDC ha sido inmediata. El portavoz del Gobierno congoleño, Patrick Muyaya, ha calificado la decisión ruandesa de “sin precedentes” y ha afirmado que esta debería “servir de ejemplo para que otras organizaciones regionales adopten una postura más firme frente a Ruanda”. A través de su cuenta en la red social X (anteriormente Twitter), Muyaya ha agregado: “La narrativa engañosa y las maniobras encubiertas de presión nunca podrán prevalecer sobre la verdad y los horrores de la agresión ruandesa”.
Este nuevo episodio de confrontación diplomática tiene lugar en un contexto particularmente delicado. A pesar del reciente acuerdo firmado en Washington entre Ruanda y la RDC (con la mediación de Estados Unidos) que había despertado esperanzas de una salida negociada al prolongado conflicto en el este congoleño, la decisión de Kigali de abandonar la CEEAC podría poner en duda los avances logrados hasta ahora.
El conflicto en el este de la RDC se ha intensificado con el resurgimiento del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), al que se acusa de contar con el apoyo de Ruanda. A principios de este año, el M23 logró capturar importantes localidades, incluyendo las capitales provinciales de Kivu del Norte y Kivu del Sur, lo que ha agravado considerablemente la crisis humanitaria en esa región.
Las raíces del conflicto son profundas y se entrelazan con el legado del genocidio ruandés de 1994. Desde 1998, el este congoleño vive inmerso en un estado de guerra crónica, alimentado por la actividad de múltiples milicias y la intervención del Ejército, a pesar de la prolongada presencia de la misión de paz de las Naciones Unidas (Monusco). El resurgimiento del M23 en noviembre de 2021 marcó una nueva etapa de inestabilidad, con ataques relámpago contra el Ejército congoleño y un nuevo desplazamiento masivo de civiles.
En este escenario de tensiones históricas y rivalidades geopolíticas, la retirada de Ruanda de la CEEAC no solo constituye una señal de protesta diplomática, sino que también expone las fracturas internas de los mecanismos de integración regional. La decisión de Kigali deja en el aire preguntas importantes sobre el futuro del bloque.
Redacción: Salvador Augusto Nguema MICHA ABUY.
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